domingo, 22 de septiembre de 2013

Capítulo 8.

Levantó su mano y la acercó a la mía, despacio. Acariciándola cogió mi brazo suavemente. Ese simple contacto erizó hasta el último pelo de todo mi cuerpo. Su dedo índice empezó a recorer mi muñeca y mi antebrazo, con delicadeza, por toda la zona de cicatrices. Levantó la cabeza y sus ojos se clavaron en los míos. Esa mirada lo decía todo. Mis cicatrices eran la respuesta. Cuando me percaté de eso, bajé la cabeza, no era capaz de mirarle. Me sentía una mierda.
-Cassie, no te mereces todo esto. No te mereces nada de lo que te haces a tí misma. Eres mucho mejor que toda la mierda que te creas en ti. - Me dijo mientras seguía erizando mi piel gracias a su contacto suave con los dedos en el antebrazo.
-No me conoces.- Le dije secamente mientras me tragaba el nudo de mi garganta.
-Sin conocerte sé que no te lo mereces. Eres más que una simple imagen y un simple pensamiento. Tú deberías ser feliz, sé que te lo mereces. No deberías hacerte eso a tí misma. Sólo te estás dañando más y más. Te perjudicas. - Era tan dulce al decirme todo esto. Pero a la vez, duro.
-No sabes nada, joder. -Le contesté ya enfadada, al borde de las lágrimas, apartándome bruscamente de su contacto y tumbándome en la cama, dándole la espalda.
-Ya...pero tú tampoco. - Su hilo de voz era casa inaudible, sonaba triste.
Me dejó bastante descolocada. ¿Cómo que yo tampoco sabía? ¿El qué no sabía? No le entiendo. ¿Quién le iba a entender? Es imposible. El ruido chillón que hizo Zayn al sentarse en el sillón me desconcentró de todos los pensamientos. Tras eso, decidí dejar de pensar y ponerme a dormir, ya que si me quedaba despierta, estaba expuesta a llorar y no me apetecía hacerlo delante de Zayn.
[...]
-¡Buenos días!- Escuché esa voz tan familiar. Abrí los ojos como pude y vi una cara borrosa, cuando enfoqué la vista me fijé en la preciosa sonrisa del chico que tenía delante, después en un profundo lago marrón rodeado de ramas totalemente negras, sus ojos. Me era imposible no sonreír ante esta vista. Nunca me habría imaginado despertarme de mejor manera y ojalá siempre fuese así. Me forté los ojos y me incorporé. En cuanto lo hice, se abrió la puerta y pasó una de las enfermeras que estaban a cargo de Niall.
-Buenos días. ¿Algún cambio?-Preguntó seriamente.
-No, todo igual.- Zayn contestó ya que yo estaba aun un poco aturdida porque me acababa de despertar. Pensó unos breves segundos y volvió a salir de la habitación cerrando tras de sí la puerta. Zayn y yo nos miramos y nos encogimos de hombros. Esto me hizo sonreír, al igual que a él, por lo que se veía. Soltamos pequeñas risas.
-¡Buenos días, chicos!-Entró Hayley, de golpe, con una sonrisa perfecta y unas enormes ojeras en la cara. Salí de la cama y ella vino hacia mí con los brazos abiertos. Yo la abracé con toda la fuerza del mundo.
-¿Qué tal está?- Preguntó mirando a Niall. Tenía una sonrisa en la cara, pero sus ojos expresaban demasiada tristeza y soledad.
-Imagino que feliz al estar tú aquí.- La contesté con una media sonrisa en mi cara. Eso hizo que Hay me abrazara más fuerte.
-¿Queréis algo de comer?- Ofreció Zayn.
-No, gracias.- Dijimos a la vez mientras sonreíamos en muestra de agradecimiento. Eso le hace reír a Zayn, ya que lo hicimos todo a la vez. Sonrió de esa forma tan adorable, mordiéndose la lengua, que le hacía especial, distinto, único. Después de eso, salió de la habitación dejándonos a Hay, a Niall y a mí solos.
-¿Ha pasado algo interesante?- Me preguntó intrigada ella.
-No. - Asintió con la cabeza y miró al tranquilo Niall tumbado en la cama.
-Hay, ¿has dormido algo?
-No.
-Deberías dormir.
-No puedo.
-Quédate tú esta noche conmigo.-No sé si se lo decía para librarme de Zayn, para estar más tiempo con ella y asegurarme de que duerma, o por ambas cosas. Me decanté mentalmente por la última opción.
-No te vas a quedar todos los días.
-Por favor, yo quiero.
-Pero así no descansas.
-Por favor.- Yo seguía insistiendo, de verdad que necesitaba quedarme. Terminó accediendo a regañadientes con un movimiento de cabeza y rodando los ojos.
Después de un largo día aburridas, llegó la noche y le dijimos a Zayn que se iba a quedar Hay. Él parecía entristecido y con un poco de mala uva se fue a su casa. Hoy me tocaba a mí sillón, ya que Hayley tenía pinta de estar muy cansada.
-Buenas noches, Hay.- Me acerqué yo a ella y la di un beso en la mejilla. En cuanto me levanté de dárselo, ya se había quedado dormida. Vaya, si que había descansado poco. Giré sobre mi propio punto de apollo, los talones y mi mirada cayó en Niall.
-Buenas noches, pequeño, espero que mañana te levantes como has hecho siempre que te caías.- Le di un beso en la frente mientras me econtraba al borde de las lágrimas.
Me acerqué despacio hacia el sillón. Me acurruqué y me quedé dormida rápidamente a pesar de lo incómoda que me encontraba.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Capítulo 7.

-Te quiero, Cassie.
-¿Hasta cuándo, Zayn?- Le contesté un poco insegura.
-Hasta que me consuma.- Me respondió mientras se acercaba a mí poco a poco. Yo estaba totalmente perdida en sus ojos, en sus marrones y profundos ojos, después, mi mirada cayó involuntariamente a sus labios. A esos labios carnosos y perfectos, tan besables y tan suaves a la vista. En ese momento solo estábamos él y yo, nada más en aquella habitación. Sentía su aliento rozar mis labios. Puso sus manos en mi cadera y me acercó a él. Juntando su pecho con el mío. Mi corazón cada vez se aceleraba más y más, mi respiración se estaba cortando. Levanté mis manos hacia su cara. Hacia su mandíbula. Estaba relajado, paciente, precioso. Entonces, fue cuando me dio el primer beso. Cuando sus labios se fusionaron con los míos. Fue un beso suave y me encantaba. No quería que esa sensación se acabase nunca. Era la sensación más agradable que sentí desde que nací. Nos apartamos, ya que no teníamos aire. En ese momento solo sonreí. Nunca había sido tan feliz como en este momento. Entonces, vi la sonrisa en su cara, su sonrisa perfecta, apretando la lengua, la sonrisa que le hace parecer aún más adorable. Cuando volvimos a coger aire, se acercó a mí de nuevo. Este beso fue más excitador. Quería más. Más de él. Entonces me apretó más fuerte contra él. 
-Te quiero tanto.- Le dije mientras me apartaba del beso y sonreía. 
¿Qué? ¿Dónde estaba? Tenía mucho calor, estaba sudada y el la cama en la que me encontraba estaba muy deshecha. Estaba totalmente perdida, y desorientada, así que di una vuelta con los ojos a toda la habitación. Vi a Zayn en un sillón y a Niall en la otra cama. Seguía en la habitación del hospital de Niall. Había sido un sueño. No sabía si maldecir que lo fuese o dar gracias.
'Ve al baño y lávate esa cara sudada y asquerosa.' Me dije a mí misma. Me levanté y me dirigí al pequeño aseo de nuestra planta.
'¿Porqué coño he soñado eso? Osea, ¿qué sentido tiene? Yo le odio'. O eso quería hacerme creer a mí misma. Dejé de darle tantas vueltas y puse la cara debajo del agua del grifo. Resultaba agradable y refrescante. Me sentí bien con eso. Cuando apagué el grifo y levanté la cabeza vi la marca de mi sangre en la pared. Ahí había sido donde dí el puñetazo. Acto seguido dirigí mi mirada hacia mi mano. Seguí teniendo las heridas abiertas y calientes al tacto. Me dio asco, me doy asco a mí misma. Aparté la mirada. Darse asco a sí mismo es la peor sensación que se puede tener en este mundo. Salí del baño y volví a la habitación. Cuando entré me extrañó no ver a Zayn en el sillón como cuando salí, giré la mirada y estaba de espaladas a mí, mirando hacia la cama que había ocupado yo. ¿Porqué estaba despierto en plena madrugada?
-¿Qué haces?- Le pregunté de sopetón.
-¿Qué?- Respondió sobresaltado con un pequeño saltito. Se giró rápidamente para mirarme. Pero no tardó mucho en recuperar la compostura.- ¿Dónde estabas?- ¿Y este quién se creía que era como para preguntarme dónde estaba? Yo iba a donde me daba la gana, joder. De pronto adopté una postura de una chica que no era yo, una chica borde y enfadada.
-¿Y a ti qué te importa?- Le respondí cruzándome de brazos.
-Solo...estaba preocupado.- Dijo con un pequeño tono de voz. Eso me llenó de ternura. Pero mi barrera no se rompería fácilmente.
-En el baño.- Cedí y le respondí. A pesar de esa respuesta, él se me quedó mirando. Me estaba preguntando con la mirada. Sus ojos estaban clavados en mi. Tenía una mirada de preocupación. No entendía nada. Pero esa insistencia me hizo odiarle un poco más. ¿A él que le importaba lo que hiciese o dejase de hacer, joder?- Me estaba meando, ¿vale?- Desconfió un segundo, pero una expresión de alivio llegó a su cara. Fui directamente a la cama y me senté. Zayn me siguió y se sentó a mi lado. ¿Qué le pasaba a este ahora? Suspiró y decidió hablar.
-¿Sabes porqué te lo he preguntado?- Solo le miré y negué con la cabeza.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Capítulo 6.

Zayn se fue a hablar con los padres de Niall. Me fijé en la forma en la que andaba. Era tan perfecto. Cualquier cosa lo hacía perfecto. Por eso le odiaba. Le odiaba con toda mi alma. Odiaba su forma de hablar y su ego. Era el típico chico que iba de flipado por la vida pero en realidad no era nada.
- ¡Cassie!- dijo llamándome la atención Hayley mientras me zarandeaba.- ¿Qué te pasa? - negué con la cabeza para que supiese que no era nada. - Vete a casa a descansar, tienes la cara muy pálida. Hoy ha sido un día muy largo, anda.
- ¿Eh? No, yo me quedo esta noche con Niall, vete a casa con tus padres para estar con ellos, ahora mismo lo que necesitáis es estar juntos, Hay.- Ella sabía perfectamente por qué me quería quedar, y no se trataba solo de que ellos estuvieran juntos.
-Cielo, no ha sido culpa tuya, ¿vale?- Me susurró mientras me daba un gran abrazo.
Justo después, Hayley se fue con sus padres y decidí volver a entrar a la habitación. Y ahí estaba él tumbado, sin moverse, con miles de aparatos y cables. ¿Cómo no me iba a sentir culpable? Me senté en su cama, a su lado, como dije que lo estaría siempre.
-Oh, Niall, no sabes cuánto lo siento, en serio. Soy un puto monstruo. Si no estuviese aquí, seguro que tú serías feliz. No como ahora, que no puedo ver ni una pizca de esos preciosos ojos que para mi son un mar. No sé cómo te he podido hacer esto. Te he jodido. Se me da bien joder a las personas. Pero no me enorgullezco de ello..- Sin darme cuenta ya estaba mojando sus mejillas con mis asquerosas lágrimas. - Por cada lágrima que derramo, una parte de mí tendría que desaparecer, así, no causaría tantos problemas. Un mano me tocó el hombro de repente. Y por eso me sobresalté. Me aparté y me di la vuelta. Era él. Me encontré con sus preciosos ojos marrones. Parecía preocupados.
- Em.. Lo siento, Cassie.-  Cuando dijo mi nombre, un pequeño escalofrío recorrió toda mi columna vertebral.
-No pasa nada, Zayn. Solo que no te escuché entrar.- Contesté limpiándome las lágrimas de la cara. No me gustaba que me viese llorando, pero ya no había vuelta atrás.
-¿Te vas a quedar a dormir?- Me preguntó.
-Sí, quiero estar con él, ya que...- tengo la culpa de que no pueda estar sonriendo ni andando. Esto lo susurré en mi mente. Me lo clavé en el corazón. Zayn hizo una pequeña mueca de dolor y me dio un abrazo que me transmitió de todo. Desde un no fue culpa tuya a un estoy aquí para lo que quieras. Pero aunque ese abrazo transmitiera tanto, no se lo correspondí. Ni siquiera me sabía su nombre gracias a él. Me aparté y me senté en la cama que había al lado. Zayn se quedó mirando a Niall con pena en los ojos y apretando la mandíbula para evitar que cayesen lágrimas por sus ojos. Se le notaba triste y también me sentía culpable por eso. Ahora mismo tenía la culpa que tanta que gente de mi alrededor estuviese triste. Todo, por mi puta culpa. Si es que no sabía hacer nada en esta vida, sería mejor que desapareciese..
-Esta noche me quedaré aquí contigo. - Me interrumpió de mis pensamientos. ¿Qué? ¿Que se quedaría? Otro escalofrío, pero este fue como más cálido. Me sentía como..¿protegida? No sé, era extraño.
-No.-Le contesté secamente. Aunque mis manos estaban sudando. ¿Porqué sentía todo esto? Él sólo dormiría en un sillón.
-Sí.- Me contestó él igual de seco que yo.- Tú eres su mejor amiga y te quedas, yo soy su mejor amigo y tengo el mismo derecho.
Mierda, eso era indiscutible. No asentí ni dije nada, solo, me tumbé en la cama, mirando hacia el techo. Mirando hacia la nada.
Él lo entendió como un sí y se sentó en el incómodo sillón que había.

viernes, 16 de agosto de 2013

Capítulo 5.

Nos fuimos corriendo como nunca habíamos corrido hasta casa de Hayley. No tardamos mucho, la verdad, estábamos cerca de ella. Cuando llegamos su madre ya se había ido y su padre nos había esperado para ir los tres juntos. El camino hacia el hospital fue muy silencioso estábamos todos muy nerviosos, Hayley tenía los ojos muy rojos y todos teníamos mucho miedo, miedo de que a Niall le hubiese pasado algo. Él siempre era la alegría y la protección que necesité yo y Hayley. Porfin llegamos al hotel.
-Perdone, mi hijo, Niall Horan, ha tenido un accidente y ha venido a urgencias, ¿en qué habaitación está?- Preguntó Luke con bastante rapided y preocupación.
-Sí, en la 613, cuarta planta.- Luke solo asintió para dar las gracias y fuimos corriendo hacia el ascensor, pero como tardaba, decidimos ir por las escaleras. Eran bastantes pisos, pero eso no era lo importante en ese momento. En cuanto llegamos a la habitación, sus padres y la doctora nos pidieron quedarnos fuera ya que hablarían con ella. Hayley y yo, simplemente, asentimos. Después de la media hora más larga de mi vida, vi que el pomo de la puerta bajó hacia abajo y la puerta se habrió, sin darnos cuenta, Hayley y yo ya estábamos de pie frente a sus padres. Lisa estaba triste, preocupada, estaba roja, los ojos humedecidos y con un pañuelo en la mano. Todavía tenía el hipo que suele entrar cuando se llora mucho.
-La doctora nos ha dicho que- nos empezó a contar Luke cuando vio con cara de querer saberlo todo- está en coma.- Tras decir eso nos quedamos en shock.
¿En coma? No podía ser, joder, no, me niego.
-Y…¿se sabe cuanto tiempo va a estar así?- habló Hayley ya que yo estaba totalemente en shock. Tenía la bica abierta y aunque me dieses un golpe, no dejaría de pensar en la frase 'Está en coma'.
-Ya sabes cariño, esto no es exacto, no se sabe.- Contestó el padre con una mano acariciando la cara de su hija. La dio un beso y abrió los brazos. Nos apretujamos a él. Nos estaba protegiendo. De nada, pero nos protegía.-Al rato de iros vosotras, Niall no pudo evitar ir a buscaros, sabía que la forma más rápida era con su moto.- Se me rompió el corazón. Había ido a buscarnos, a nosotras, a mi, en su moto, que estaba estropeada y me había impedido subir horas antes. Después, Luke indicó con el brazo que podíamos entrar a verle. Hayley iba primera y abrió la puerta lentamente, yo la cerré y ella ya estaba a su lado. Cuando guié mi mirada hacía el cuerpo quieto de Niall me sentí culpable. Era culpable de todo eso. Se le veía tan indefenso. ¡Yo había hecho eso! Rompí a llorar. No podía. Fui corriendo a su lado y le abracé despacio, con cuidado. Quería que me rodease con sus brazos, pero eso era imposible en ese momento. Era imposible gracias a mi, yo había hecho que fuese imposible.
-¡Lo siento! ¡No sabes cuánto, joder! ¡Niall, yo no quería que nada de esto pasase!- Dije entre lágrimas y sollozos. Noté que alguien me abrazaba por detrás y me acariciaba la cabeza, era Hayley.
-Cielo, tú no has tenido la culpa, y lo sabes, esto no lo has hecho tú, ¿vale?- Ella quería que me lo creyese, pero era imposible. Simplemente asentíy me fui al baño.
-Espera voy contigo-me dijo justo cuando yo estaba en la puerta.
-No, Hay, quédate con él, no hace falta.- Intenté una media sonrisa y desaparecí por la puerta de la habitación. Cuando entré en el baño, me miré al espejo. Yo era esa cosa asquerosa. <Eres un monstruo. Un puto monstruo que destrozaba todo lo que tocas. Das asco, mucho asco. Ni siquiera sé porque existes. Si te vas de este mundo, le harías un favor a todos> Me dije a mí misma. Solté toda esa rabia acumulada contra la pared. Un puñetazo. Un golpe seco y tan fuerte que creó sangre en mi mano. Ma la lavé, esperaba que la gente no se diese cuenta de esto. <<Papá, estoy en el hospital, el hermano de mi mejor amiga ha tenido un accidente. Me quedaré a dormir. Adiós.>> No creo que mi padre estuviese preocupado por mi, pero tampoco pasaba nada si le mandaba el mensaje. Cuando salí del baño me encontré la escena que menos esperaba que viese alguna vez. Hayley estaba abrazada a Zayn. ¿Qué cojones hacía él ahí y porque tenía una sensación tan asquerosa de matar a Hayley? Me acerqué.
-Hola.-dije seca.
-Hola, Cassie.- Contestó Zayn un poco más simpático que yo, aunque sin su tono que solía utilizar.
-¿Qué coño hace él ahí?- Se lo pregunté a Hayley, Zayn no me caía bien, le conocía de poco, pero tampoco pretendía caerle bien a él.
-Soy amigo de Niall, su mejor amigo, en concreto, creo que tengo derecho a venir.- Contestó un poco borde, no se porqué pero ese tono me había molestado.- Ah, y me lo puedes preguntar a mí directamente, no muerdo,-Hizo una breve pausa- de momento.- Lo último lo dijo con su tono seductor que acostumbraba a oir. Hayley se rió. Y Zayn tenía en la boca esa sonrisa que tanto me hacía sentir. Sentir extraña. No se cómo, pero había llegado a odiar la presencia de Zayn. No su presencia, sino, lo que me hacía sentir con ella.

lunes, 12 de agosto de 2013

Capítulo 4. (Parte 2)

*Narra Niall
Joder, yo necesitaba ir, necesitaba abrazar a la pequeña Cassie, protegerla, no quiero que sus ojos castaños tengan lágrimas, no quiero más cicatrices en sus brazos. Ella se merece más que toda esa mierda que la provocan.
-Eeeh...Tío, ¿pasa algo?- Preguntó Zayn bastante preocupado.
-Em...no...nada, tranquilo.-Nada, ojala no pasase nada.
-¿Pasa algo con Cassie?- Sabía que sí pero lo negué con un pequeño movimiento de cabeza. No se le veía muy convencido, pero sé que no iba a preguntar más.
Durante toda la tarde, Zayn me intentó animar un poco, con la play, con cualquier cosa. La verdad es que no lo consiguió, pero lo intentó. Al final, como no estábamos haciendo nada y se notaba que yo estaba mal, Zayn se fue a las ocho. En cuanto se fue me quedé solo. Derrumbado. Tenía que ver ya a Cassie, joder. No sabía nada de ella ni de mi hermana desde hacía cuatro horas. Llamé a Hayley y sonó su móvil en la planta de arriba. Se me había olvidado que lo dejó aquí. Entonces probé a llamar a Cassie. Nada, estaba apagado. Me senté en el sofá, no sabía qué hacer. Miré por la ventana y ahí la vi. Salí, cogí la moto y arranqué a buscarla. Sería peligroso, pero solo me importaban ellas, solo me importaba el estado de Cassie. No sé cuánto tardaría en encontrarlas, pero las iba a encontrar.

*Narra Cassie
Estaba llorando y mi sangre fluyendo. Cuando supe que había visto el mensaje, sabía que iba a venir hacia aquí y que tardaría unos quince minutos como mucho. Me lavé la cara y me puse un jersey ancho y grande. De esos enormes que tanto me gustaban. En los pies, lo primero que encontré, unas botas. Después la sangre ya estaba seca y la herida empezaba a cicatrizar. La herida, mucho más pequeña que la que tenía dentro de mi. Mi corazón estaba tan hecho mierda que no tengo claro si sigue ahí. Qué asco me daba. Era monstruo. Llevaba un monstruo dentro de mí. Siempre he pensado que si desapareciese de este mundo, mucha gente me lo agradecería. Pero algo me lo impedía. Algo me impedía desaparecer tan pronto. No sabía el qué, pero era lo suficientemente fuerte para impedírmelo.
Dindon. El timbre me sacó de mis pensamientos y sabía que era Hayley, así que solo, esperé.
-Eeeeh...Hola...¿Está Cassie?- Escuché a una Hayley casi sin aliento. Sí que había corrido sí.
-¿Y tú quién eres?-Preguntó mi padre de forma borde. Sí, era igual que mi padre y eso me mataba.
-La mejor amiga de Cassie, ¿me deja pasar, por favor?-Preguntó Hayley con un pequeño tono de ironía.
Escucho a mi padre refunfuñar y un pequeño 'Pasa'. A los dos segundos, apareció Hayley por mi puerta corriendo a abrazarme, no pude aguantar y lloré, me desahogué, en su hombro, al igual que ella.
-Acabas de hacer más ejercicio que nunca, ¿eh?-Bromeé. Sonrió y me dio un beso en la frente.
-Anda, vamos a la calle para tomar el aire.-No me convencía mucho su idea, pero la hice caso, no tenía nada mejor que hacer. Después de ir andando un rato en silencio por la calle, llegamos a un campo, nos dirigimos hacia un círculo de árboles. Ese era nuestro sitio especial, poca gente lo conocía y siempre íbamos allí. Estando allí, llegó la pregunta que no quería.
-Cassie,-la miré como si no supiese lo que me iba a decir-¿qué ha pasado?- Se lo conté todo y sin darme cuenta ya tenía una lágrima corriendo a través de mi mejilla. Ella, con todo el cuidado del mundo, me la quitó con la yema de su dedo y me abrazó. Entré abrazo y abrazo escuchamos una ambulancia. Las do miramos, ya que pasó prácticamente al lado, no le dimos mucha importancia y Hayley decide cambiar de tema.
-Tía, ¿a que no sabes quién era el amigo de Niall?- Me quedé mirándola. La verdad es que en ese momento no se me ocurría nadie raro ni nada. Negué con la cabeza.-Tu chico.-Rodé los ojos y empezó a reír. Su risa me contagió y sonreí.
-No es mi chico.-La dijo seria.
-Ya ya, lo que tú digas.-Se seguía riendo.-Bueno, ahora ya tiene nombre y es Zayn.-Zayn, bonito nombre, la verdad.
-Pues menos mal que no fui, no lo soporto.-Dije convencida.
-Mientes, te encanta.-Contesta aún más convencida que yo.
-Nunca.-Y empecé a reír. Reí porque me sentía incómoda, ese chico me hacía sentirme incómoda y odiaba esa sensación. Nunca había sentido eso por nadie. Siempre que había estado con alguien, era para un simple y triste lío, nada importante. Entre pensamiento y pensamiento me fijé en Hayley. Que había pasado de una gran sonrisa a unas lágrimas. ¿Qué? ¿Qué estaba pasando?
-¡Hayley, tía! ¡¿Qué pasa?!- Pregunté muy preocupada.
-Me han llamado desde el hospital.-Estaba sollozando. ¿Desde el hospital? ¿Porqué? La animé a continuar.- Niall.
-¿Niall? ¿Qué le ha pasado?- Estaba muy asustada.
-Ha tenido un accidente.

sábado, 10 de agosto de 2013

Capítulo 4. (Parte 1)

Seguí el camino para entrar en casa, y cuando abrí la puerta me encontré con una maleta y varias cajas con mis cosas. Se oían gritos en la planta de arriba. Otra vez no, por favor. Subí silenciosamente para intentar escuchar algo.
-¡No te las puedes llevar así de repente, joder!-Chilló mi madre.
-¡Sí que puedo, y además, a ti te la suda la niña!-Mi padre siendo tan majo como él lo era.
-¡Todavía quedan dos semanas para que empiece tu custodia!
-¡No te quejes, te estoy quitando un trasto de en medio!- Ya no aguantaba más y entré cabizbaja en esa habitación susurrando un pequeño 'Hola' para hacerme notar. Los Dos estaban muy cerca, mi madre un poco inclinada hacia atrás. No podía con esa escena. Mi padre, enfadado más de lo que pensaba me cogió del brazo fuertemente y me llevó hasta el coche casi arrastrándome. Después de esos 10 minutos en coche llegué a la casa de mi padre. Allí, subí todas mis cosas, y antes de colocarlo cogí lo que necesitaba en ese momento. Miré mi brazo, llena de cicatrices. Ahora, a esas cicatrices se le sumaba una marca roja de una mano. La mano de mi padre. La mano del diablo. Mi padre siempre me ha tratado como a una mierda, siempre me ha culpado de su separación. Dice que desde que nací, las cosas entre él y mi madre no eran lo mismo.
*FLASHBACK*
-Cariño, esto no funciona. No puedo más. ¡No puedo más, joder! ¡Me paso todo el puto día trabajando para alimentar a la niña esa y cuando llego a casa lo que me encuentro son cacharros por todos lados y todo lleno de mierda!
-Pero, cariño..
-¡Ni peros ni nada!
Después de eso, sólo se escuchó a mi madre llorando y un fuerte golpe en la puerta de entrada.
*FIN DEL FLASHBACK*
Tendría sólo 10 años, pero lo entendía todo. Cuando me quise dar cuenta y volví de mis recuerdos vi mi muñeca rodeada por un paño rojo. Una vez más. Otro corte más. Otra herida sin curar. Decidí mandarla un mensaje a Hayley para decirla que no iba a ir al final a la playa con ella. Cuando lo terminé de escribir y de enviar ya estaba otra vez llorando. Como la idiota que era.

*Narra Hayley*
Cassie se había ido a cambiar, estábamos a 10 minutos, así que me empecé a vestir y a echarme la crema. Me miré al espejo. Llevaba un vestido blanco de playa semitransparente y unas sandalias. Me encantaba cómo quedaba mi pelo rojo con el vestido. Sin darme cuenta, estaba poniendo caras de idiota y mi hermano había entrado en la habitación. Niall entró con su amigo, le vi y era el chico. No pude evitar reírme y él también lo hizo.
-Eem...¿Me he perdido algo?- Preguntó Niall muy confuso.
-Este es el chico del que Cassie y yo te hemos hablado.- Dije entre risas.- Hola, yo soy Hayley.
-Yo me llamo Zayn.- Se presentó, al igual que yo. Y por fin podía dar nombre a 'El chico'.
*Bip bip bip*
Era mi móvil. Sería un mensaje. Me disculpé con una breve sonrisa y lo leí: : "Hayley, no podré ir a la playa. Mi padre me ha llevado a su casa. Y ha vuelto a pasar." Era de Cassie. Oh, dios, no podía ser. Cuando levanté la cabeza, la sonrisa que tenía ya se me había borrado, totalmente y tenía los ojos llorosos. Los chicos no entendían nada, le di el móvil a Niall para que lo leyese y salí corriendo de allí.
-Hayley, espera, voy contigo- Gritó Niall bajando por las escaleras.
-No, Niall, voy yo. Por favor.- Dije ya con lágrimas en la cara. Niall asintió sin estar muy convencido. Le abrazó, me dio un beso en la cabeza y fui hacia casa de Cassie corriendo como nunca. La de su padre estaba a media hora, pero corriendo tardaba menos. -Espero que no haga ninguna tontería más.- Me dije a mí misma.

viernes, 9 de agosto de 2013

Capítulo 3.

Nos dirigimos a casa de Hayley, ya que hoy yo comería con ella.
-Tía, ese chico te tiene enamoradita- Vaya forma de romper el silencio tenía.
-¿Cómo me va a tener enamorada un gilipollas egocéntrico que ligará con todas, se cree que soy la chica facilona y ni siquiera sabe mi nombre?-Respondí seca.
-¿Pero tú le has visto?-Dijo mordiéndose un labio.
-Demasiado. Por cierto, ¿de qué hablabas con el profesor?- Cambié de tema ya que el anterior me ponía nerviosa y odiaba eso.
-Em..de.-se quedó pensando y eso no me gustaba mucho- de que espera que tenga un buen verano y esas cosas- Soltó de golpe. Eso que había dicho no me daba mucha confianza, creo que me estaba mintiendo, pero no quería hacer más preguntas sobre aquello.
Finalmente llegamos a su casa y lo único que se oía era una moto aparcando. Cómo me gustaba ese ruido. Era como un tigre o león rugiendo. Amaba también el olor de la gasolina. Ese olor y sonido me daban sensaciones de libertad. Necesitaba montar y experimentar todo eso. Rozar mi yemas de los dedos con el manillar mientras lo giro para que arranque. Ponerme el casco que me separaba del resto del mundo y sentir toda la adrenalina atravesando mi espina dorsal. Fui corriendo hasta el dueño de la moto. Mi pequeño rubito y mi mundo entero. Era más que un amigo, era como mi hermano. Se quitó el casco y dejó que se viese su precioso pelo rubio, se lo sacudió y me miró, me miró con esos ojos tan profundos, tan profundos como el mar. Sus ojos eran un mar, un mar que no me cansaría nunca de mirar. Y sonrió. Esa sonrisa perfecta que me hacia darme cuenta de lo adorable que era. Fui a sus brazos y le abracé. Era mucho más alto que yo, cosa que no era muy difícil, la verdad.
-Niall, ¿puedo?- Le pregunté señalando con la cabeza hacia la moto.
-Lo siento pero no y no pongas cara de cachorrito que me siento mal diciéndote que no.
-Ala, pero, ¿porqué?- Él siempre me dejaba montar, no entendía porqué ahora no podía.
- Es que está un poco vieja y estropeada y la tengo que llevar al mecánico.-No le di más importancia porque sabía que no me estaba mintiendo y entramos en casa. Hayley dijo que como no estaban sus padres, iba a hacer la comida. No nos quiso decir lo que era y nos cerró la puerta de la cocina, por lo tanto, fuimos al salón a ver la tele.
-Bueno, pequeñaja, ¿qué tal el chachi teatro de todos los años?- Dijo ironizando la palabra 'Cachi'.
-Meeeeh, un coñazo, como siempre.- Reímos tras eso y el silencio volvió. No duró mucho ya que Hayley llegó con su pizza casera. Qué buena pinta y qué asco daba. Podría sonar raro, pero era así.
-No ha sido del todo coñazo cuando te chocas con un buenorro en el baño, ¿no, Cassie?- Cuando Hayley terminó de decir eso no podía parar de reír. La pegué un codazo cariñoso y fingió sentir dolor.
Le conté a Niall al chico que había "conocido", sin muchos detalles, tampoco lo consideraba muy importante, la verdad. Cuando terminamos de comer, Hayley y yo nos dispusimos a subir a su habitación.
-Chicas, ¿os importa que venga esta tarde un amigo?- Nos detuvo con su pregunta en el principio de las escaleras.
-No.-Respondimos las dos con una sonrisa en la cara.-Vamos a ir a la playa, así que no pasa nada.- Terminó de decir Hayley. Esa decisión de ir a la playa la había tomado ella. No me gustaba mucho la idea, pero si iba con ella sabía que me lo iba a pasar bien. Ya en su habitación, mientras hacíamos el tonto, llegaron sus padres y entraron para saludarme.
-Cariño, ¿le has dicho ya eso de..?-Preguntó casi susurrando refiriéndose a mi a Hayley. Esta se pone un tanto nerviosa y se ríe con cara de no saber a lo que se refería, pero me daba la sensación de que lo sabía perfectamente. Cogió a su madre y la echo del cuarto.
-Tía, ¿qué...?-Pregunté sabiendo que no hacía falta terminar la frase.
-¿Qué? ¡Oh, nada! ¡No pasa nada!- Estaba muy rara, pero decidí dejarlo pasar.
Pasó una hora y ya me tuve que ir a mi casa para cambiarme y poner el bikini. Cuando estoy al lado de la entrada, veo un coche que no suele estar ahí, era extraño, muy extraño que estuviese ahí. Me acerqué y lo ví, ¿qué hacía él aquí? No debería estar hasta mañana. No entendía nada.

Capítulo 2.

Los profesores nos mandaron al salón de actos, pero yo necesitaba ir al baño.
-Tía, coge sitios, que quiero ir al baño- La dije a Hayley. Ella simplemente asintió y se adelantó mientras yo iba hacia los baños. Entré, hice pis, me lavé las manos, me peiné y salí del baño. De repente, estaba en el suelo.
-Eeeeh... lo siento- dije tímidamente. Al parecer, me había chocado con alguien. Cuando le miré sentí que el mundo se me caía encima. Era precioso, demasiado, a mi parecer. Era moreno, con el pelo hacia arriba y los laterales más cortos. Unos ojos marrones profundos y preciosos gracias a las largas pestañas que le rodeaban. Unos labio perfectos, y su sonrisa era la cosa más perfecta que había visto en vida. Después, estaba su cuerpo, joder, que cuerpo. Era alto y flaco. Iba vestido de pobre, por lo que tenía una camiseta rasgada con la que podía ver todo su torso. La perfección de su torso.
-No pasa nada, enana- dijo con un tono seductor.
-No me llames así.-Notaba como la cara de asco se iba instalando en mí.
-¿Porqué no?- Me estaba tirando los tejos el gilipollas este.
-Porque no nos conocemos de nada.- Respondí borde, como solía hacer con este tipo de personas. Me levanté del suelo, y me giré para irme. El chico me giró.
-¿Qué tal estoy?- Me dijo guiñándome un ojo.
-Gilipollas.- Tras soltarle eso, me fui.
Me dirigí al salón de actos. Y me fui a unos asientos del final, donde estaba Hayley. La obra todavía no había empezado así que decidí contarla lo que me había pasado.
-Lol, que tío más gilipollas. Pero ese quiere tema.-Comentó riéndose.
-Yo creo que me estaría vacilando.-Sí, seguro. Era imposible que una chica como yo le gustase. Era demasiado rara, fea y gorda.
-Eres preciosa, Cassie.-Ella siempre sabía lo que estaba pensando. La di un beso en la mejilla y nos callamos ya que la obra de teatro iba a empezar.
Cuando llevaban ya un rato de obra de teatro todo era aburridísimo, de repente, apareció él. Actuando. Qué bien lo hacía. Le gustaba ese chico. No, eso no podía ser. Nunca. Se quitó ese pensamiento de la cabeza antes de que empezase a crear sensaciones no deseadas.
Al terminar la obra, salimos del salón de actos y un profesor llamó a Hayley para hablar sobre no sé qué cosa. Como supe que se iban a entretener un rato, fui a beber agua, estaba sedienta. Al lado de la salida del salón de actos, había una mesa con baso y jarras de agua. Me estaba echando el líquido y, la verdad, es que me sentía un poco como observada. Me fui a girar y ahí estaba él. En frente de mis narices, y gracias a él, tenía todo el baso de agua fría derramada en mi camisa.
-Gilipollas de mierda, mira lo que has hecho-Dije enfadada.
-Lo siento mucho, de verdad. ¿Te lo puedo compensar de alguna forma, enana?- Me sonrió de forma seductora. Qué sonrisa más preciosa y sus ojos, joder, me tenían atrapada. Estábamos tan cerca que me quería morir. Solo le quería besar esos labios tan bonitos y finos.
-Hazlo.-Le miré confusa. Había adivinado lo que quería hacer.
-¿El qué?-Le dije como confusa.
-Besarme, lo estás deseando- Sonrió. Qué ego tenía.
-No, gilipollas.- Le respondí borde y con cara de asco.
Decidí irme. Joder, que imbécil, gilipollas, egocéntrico, retrasado, subnormal que era. Lo peor, me encanta. No, no puede ser, no. De repente, cuando llegué hasta el sitio en el que estaba Hayley, ella no paraba de reír.
-¿De qué te ríes?- Pregunté muy confusa.
-¡Te has puesto roja!- Dijo mientras no paraba de reír.
-¡¿Qué?!- Grité mientras me iba a mirar a un espejo del hall. joder, era verdad, estaba roja. Cuando me giré me di cuenta de que el chico también se estaba riendo. No podía ser, quería que el suelo  me tragase y desaparecer. La única solución era salir del colegio. Salí a la calle y nada más estar tres segundos sola, noté que alguien me abrazaba por detrás y sacaba la cabeza entre el hueco de mi hombro. Puse cara de enfadada porque sabía que era Hayley.
-No te enfades, tonta.- Dijo con voz demasiado adorable. Me era imposible enfadarme con ella. Era demasiado adorable.


jueves, 8 de agosto de 2013

Capítulo 1.

*Pi pi pi pi*. 7:30. Puta alarma, estaba soñando que me casaba con Louis Tomlinson, joder.
Bueno, hoy era el último día de clase y no tenía que soportar más a todos los gilipollas que he tenido que soportar toda mi vida.
Me levanté de la cama, me duché rápidamente y no desayuné. No podía, me daba asco la comida y más recién levantada. Me puse unos shorts vaqueros y una camisa blanca. Mientras mi madre me decía que corriese, que iba a llegar tarde, me puse unas vans negras, las primeras que pillé.
-Cassie, coño, que bajes ya, ¿quieres llegar tarde el último día de clase o qué?- Chilló mi madre.
-Ya voy, hostia.- No aguantaba a mi madre. Siempre me estaba chillando.
Cogí mi móvil y bajé las escaleras tan rápido que las terminé en el suelo. 'Joder Cassie, eres una puta torpe. Normal que nadie te quiera'. Me decía mi subconsciente. La risa de mi madre me sacó de mis pensamientos. Me levantó, me dio un pequeño beso seco en la cabeza y salí de casa directa al colegio. Solo tardaba 10 minutos en llegar al instituto y me pasaba todo el camino escuchando música. Cuando iba feliz tarareando 'Really Don't Care' de Demi Lovato y Cher Lloyd, escuché de lejos la voz de Billie, el gilipollas que margó mi adolescencia, y supe que estaba detrás mía e iba a insultarme otra vez. Decidí pasar de él. Me intentó hacer una zancadilla pero al final  el que se calló fue él. Giré hacia la derecha una calle y ya entré en el recinto del colegio. Ahí vi a Hayley, la que me salvó, allí estaba, en el mismo lugar.
*FLASHBACK*
Otro día más en este puto colegio, no lo soporto. Ahí estaba Billie y sus amigos, no, no quería verlos, me intenté esconder detrás de una columna pero no me dio tiempo y se quedaron delante mía mientras cuchicheaban y se reían entre ellos. Después Billie empezó a hablar.
-Cassie, gorda de mierda, tus padres te han tirado ya a la cuneta, ¿no?
-No..-Dije con un hilo de voz.
-Normal que discutan, nadie de ellos dos te quiere en su casa porque te acabarías toda la comida de la nevera y dela despensa.
Tras sus risa y carcajadas no podía evitar que una lagrima asomase por mi ojo. Quería escapar así que empecé a correr pero uno de los amigos de Billie me hizo la zancadilla y caí al suelo cual gilipollas.
-Mirad todos, ¡hemos cazado una morsa!- Dijo Billie. Esas palabras me destrozaron y empecé a llorar. Billie y sus amigos me rodearon. No podía salir. No veía ni escuchaba con claridad.
-¡Parad, gilipollas de mierda!. ¿Qué coño os creéis que sois?- Gritó enfadada una voz femenina.
Los chicos se apartaron riendo y la chica que había gritado me recogió del suelo y me llevó hasta el baño. Allí me tranquilicé y me lavé la cara.
-Me llamo Hayley, ¿y tú?- Dijo con una sonrisa. Hayley era pelirroja, de ojos verdes y una sonrisa con brackets. Era de estatura normal y flaca. Ella era preciosa y perfecta, era todo lo contrario a mi.
-Yo.. soy Cassie.- Dije casi susurrando.
RIIIING. Sonó el timbre que anunciaba el final del recreo y el principio de una clase. Entonces Hayley fue a salir del baño.
-¡Espera!- Mi tono sonaba normal, casi gritando. Se giró y proseguí.-Gracias. Gracias por salvarme de ellos- dije con un ligero tono de vergüenza.
-No las des, para eso estamos las amigas- Después de decirme eso, salió por la puerta.
'Amiga'. Me había llamado amiga. Nunca nadie me había dicho eso. Por una vez en mucho tiempo, estaba sonriendo.
*FIN DEL FLASHBACK*.
Desde ese momento, Hayley había sido mi mejor amiga.
Ella me prometió un 'Estaré contigo hasta que me consuma'.

Cuando entré en la clase, lo primero que hizo mi profesor fue felicitarme, darme dos besos de despedida y las notas. Tenía todo aprobado, con una media de seis. Al menos eso alegraría un poco aunque fuese a mis padres. Cuando vi los sobresalientes y notables de Hayley me dieron ganas de matarla.
-Te odio, zorra de mierda.
-Me amas- Suelta ella.
La miré con cara de asco y me abrazó. Cómo la quería yo a la imbécil esta.
Los profesores dijeron que fuésemos al salón de actos para ver una obra de teatro. Todos los años hacían una actuación de teatro. Eran un coñazo y todos las odiábamos, pero, por desgracia, no nos podíamos escapar. La cuestión era que este año tenía una sensación extraña y la obra de teatro iba a ser diferente a otros años.


Prólogo.

Me llamo Cassie y tengo 18 años recién cumplidos. No es yo sea la típica chica de la que todo el mundo habla y aclamada, más bien, todo lo contrario. Sufrí bullying a los 14 años, y sigo pagando por ello. Mis complejos, esta sociedad de mierda y todas las discusiones que he tenido que aguantar desde que era bebé de mis padres,  me ha llevado a límites que no querría haber llegado nunca. He intentado suicidarme y he sido bulímica durante cuatro años, el médico me ha dicho que he mejorado. Pero yo no estoy muy convencida de eso. no soporto la comida, me da mucho asco.
Soy bajita, excesivamente, a mi parecer. Morena y con ojos castaños. Resalto un poco gracias a todas las pecas que tengo. Pero la verdad es que no me gusta resaltar, no me gusta que la gente me mire, lo odio, lo odio con toda mi alma. Vivo en un pueblo pequeño, por eso me encanta. Se llama Sutton y se encuentra cerca del centro de Irlanda. Mi padres divorciados, como ya he dicho antes, se pelean todo el rato, por eso no les considero mi familia. La única familia que tengo, son mi mejor amiga, su hermano y sus padres. Mi mejor amiga se llama Hayley, la conozco desde lo 14 años. Ella me salvó.


                                                                                                                                                                   
Es la primera novela que escribo, así que me encantaría saber todo lo que tengo que mejorar y eso.

martes, 18 de junio de 2013

Imagina.

Estabas tú en la playa, escuchando el mar, las olas romper, ya se estaba poniendo el sol. Y de repente notas que alguien que te tapa los ojos. El: '¿Quien soy?' Tu: 'Pues si no lo sabes tú, lo llevamos claro, cielo.' *Reistéis*. Él te giró la cara y te dio un corto beso en la boca, seguido de uno en la nariz. Te levantó en sus fuertes y ejercitados brazos y te sacó de la playa, hasta llegar al paseo marítimo. Allí él te montó en su precioso e inestable skate y te llevó de la mano, ayudándote para no caerte, como siempre. Él estaba ahí, como hacía ya medio año. Cada vez se hacía más tarde y tú tenías más frío. Decidisteis ir a su casa para cambiarte y ver una película. Él :' Chochi, ¿qué peli quieres ver?' Te rieste ante su mote y el creó su media sonrisa más bonita. La que te enamoraba todos los días, por la que seguías con él. Él era perfecto y no te gustaría perderle nunca. Tú: '¿Podemos pasar de la peli y dormir?' Él: 'Mm, me gusta más esa idea' os fuistéis a la cama, tú con una sudadera ancha suya. Cada vez que él te miraba con su ropa se le iluminában los ojos y el corazón le latía a mil. Te quería, te quiere y te querrá siempre muchísimo. Os metisteis dentro de la cama y con un pequeño beso en los labios él te dijo: 'Buenas noches enana, te quiero'. Otro beso, en la nariz, pero esta vez se lo diste tú. Te giraste y él te apretó contra su pecho, como para protegerte, para que no te escapases, para saber que eras suya. Ese era el mejor buenas noches que podrías recibir en toda tu vida.