martes, 18 de junio de 2013

Imagina.

Estabas tú en la playa, escuchando el mar, las olas romper, ya se estaba poniendo el sol. Y de repente notas que alguien que te tapa los ojos. El: '¿Quien soy?' Tu: 'Pues si no lo sabes tú, lo llevamos claro, cielo.' *Reistéis*. Él te giró la cara y te dio un corto beso en la boca, seguido de uno en la nariz. Te levantó en sus fuertes y ejercitados brazos y te sacó de la playa, hasta llegar al paseo marítimo. Allí él te montó en su precioso e inestable skate y te llevó de la mano, ayudándote para no caerte, como siempre. Él estaba ahí, como hacía ya medio año. Cada vez se hacía más tarde y tú tenías más frío. Decidisteis ir a su casa para cambiarte y ver una película. Él :' Chochi, ¿qué peli quieres ver?' Te rieste ante su mote y el creó su media sonrisa más bonita. La que te enamoraba todos los días, por la que seguías con él. Él era perfecto y no te gustaría perderle nunca. Tú: '¿Podemos pasar de la peli y dormir?' Él: 'Mm, me gusta más esa idea' os fuistéis a la cama, tú con una sudadera ancha suya. Cada vez que él te miraba con su ropa se le iluminában los ojos y el corazón le latía a mil. Te quería, te quiere y te querrá siempre muchísimo. Os metisteis dentro de la cama y con un pequeño beso en los labios él te dijo: 'Buenas noches enana, te quiero'. Otro beso, en la nariz, pero esta vez se lo diste tú. Te giraste y él te apretó contra su pecho, como para protegerte, para que no te escapases, para saber que eras suya. Ese era el mejor buenas noches que podrías recibir en toda tu vida.